Mercedes Lobede Riohe

Mercedes Lobede Riohe

Psicología, Coaching y Mediación

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Cambia el foco y todo cambia

El miedo escénico, el miedo al ridículo o a quedarse en blanco es el principal problema de las personas que tiene que subirse a un escenario. Sin embargo no es un problema de difícil solución, solo tienes que cambiar el foco. Cuando subes al escenario debes tener en cuenta unos principios básicos que te ayudarán a perder ese miedo y transformarlo en responsabilidad, una exigente pero amable compañera de viaje.

Eres un experto en la materia y sabes de lo que hablas. No puedes plantear una conferencia sin ser dominador de la materia. Preparación y profesionalidad. Pensar que alguien de la audiencia sabe más que tú del tema que vas a tratar es común y en muchas ocasiones así ocurre. Es seguro que si llega el caso esa persona estará encantada de ayudarte, no está allí para hundirte la ponencia. Hazle tu aliado.

Prepararse la conferencia solo tiene un secreto, la técnica de RPT, repetir, repetir y volver a repetir hasta que tengas tan interiorizado el mensaje que resulte indiferente las palabras que utilices. Si como dominador del tema te has preparado la ponencia a conciencia evitarás esas molestas muletillas y ese bajar la cabeza cuando hablas, dando tiempo a que tu cerebro encuentre las palabras apropiadas para continuar la disertación.

Recuerda que las personas que asisten a una conferencia buscan conocimiento, aprendizaje, ilusión. Es igual que te llames Luis, Juan Carlos o Susana, la audiencia no viene a verte a ti. El 90% de las personas que asisten a una conferencia no recordarán el nombre del ponente a la finalización de la misma y si van a verte por tu nombre, caso de conferenciantes de renombre, más te vale aportar ese valor añadido que han venido a buscar.

Los 90 primeros segundos de la conferencia marcarán el éxito de la misma, no los desperdicies en presentaciones, habrá tiempo más adelante. Sal con decisión, déjate ver, adquiere una postura estable y no deambules por el escenario de un sitio a otro o la audiencia creerá que está en un partido de tenis. Déjate ve y durante unos segundos dedica una sonrisa al auditorio, mírales a los ojos porque para ellos es gratificante saber que les has visto.

A estas alturas ya has entendido que lo importante está allí enfrente, son esas personas que han invertido su tiempo y posiblemente su dinero en escuchar lo que tienes que decir. Ya sabes que el foco está sobre sus cabezas.

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